miércoles, 7 de diciembre de 2011

Lasaña.

Es increíblemente agradable llegar a casa con tu novio y que este, tras una mañana de instituto, te tenga preparada una maravillosa lasaña. ¡Se le da realmente bien hacerlas! La bechamel cada vez le queda mejor. Es raro que yo repita y esta vez lo he hecho.

Después nos pusimos a jugar al Half Life, con la conexión de red. Es increíble que me pueda matar tantas veces, aunque él tiene experiencia y yo estoy empezando, claro está. La verdad es que se vuelve algo cansado que no dejen de matarte, pero las armas son muy chachis y la emoción de ver como se desparraman los órganos del contrincante cuando le disparas no tiene precio.
Además los escenarios estan geniales para la época en la que fue creado y el efecto de la sangre está bastante bien. He de añadir que ver los cadáveres de Gordon por ahí de anteriores asesinatos le añaden gracia al asunto.

Tengo que ponerme a comentar películas y tachar algunas de las que están en mi lista, porque Kaelig y yo hemos estado aprovechando el puente para desarrollar mi afición al cine. Cada vez es él más aficionado.

Y bueno, hoy no tengo alemán porque no tengo transporte ni de ida ni de vuelta y los autobuses no me cuadran con los horarios. ¡Qué se le va a hacer! En cierto modo me apetecía ir hoy a alemán, pero si no se puede no se puede.

Tengo que coser a Honekoneko. Se está volviendo urgente.

¡Gracias por comentar!

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