Acabo de terminar con la carta. Nunca llegaré a cuatro folios como llega ella cuando me las manda a mi. Aún me pregunto cómo demonios lo hace.
Me he dado cuenta, y por eso escribo esta entrada, de que siempre nos mandamos chorradinas la una a la otra: pegatinas, gomas, chapas... ¡Somos como niñas pequeñas! Y siempre, siempre, tengo que cerrar el sobre con celo porque sino se abre. Me encanta recibir cartas de Margot y espero que a ella le guste recibir las mías, la verdad.
Tengo ganas de que le llegue y me cuente que tal le ha parecido. Su tiempo me ha llevado. Tanto la carta, como las sorpresitas.
Mañana por la mañana a correos.
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